martes, 26 de mayo de 2009

Jaimito el cartero

No hay nada más filosófico que estar al pedo, allí se enfrenta uno al verdadero vacío existencial, no hay horarios de salida ni de entrada. Se pierde el sentido incluso de algo tan placentero como comer, no el placer. Ya lo sabía esto Platón, Aristóteles, Descartes y toda la caterva de filósofos de derecha que, como se sabe, pasan muchas horas al pedo.
Enfrentese amigo al vacío de no hacer nada y trate de no terminar estresado como Micheti o queriendo ser candidato, aunque sea a presidente de la Vecinal, como Mauricio. Pronto verá que no es nada fácil estar al pedo, mucho más tranquilizador resultará sabér que mañana tendrá que levantarse temprano, pasar una jornada de ocho o seis horas en su trabajo, volver a casa, almorzar, mirar TN, pasear al perro, mirar Gran Cuñado, cenar, volver a dormir. Patético, si, rutinario, si, pero que confortable y predecible resulta el futuro y que lejana la muerte.
En cambio, si usted decide dejar de hacer, simplemente tirar la toalla y tirarse en un sillón, verá cómo se complican las cosas en cuestión de horas. Sus hijos dejarán de soportarlo, su mujer que ya no lo soporta le pedirá el divorcio, pues no está bien estar como un bueno para nada y pronto, muy pronto, su vida carecerá de todo sentido...