viernes, 7 de mayo de 2010

Macri a un paso de convertirse en preso político


Si es así, sería el primer preso político de la era K. Con lo cual TN podría hablar desembozadamente de una dictadura, Noticias no tendría que realizar un arrepentimiento histórico por la tapa más grosera desde el retorno a la democracia y Clarín podría titular: Confirmado: el gobierno de la conchuda es una dictadura. Pero no nos apresuremos, todavía la estrategia de Macri puede funcionar, Oyarbide declararse culpable de condenar a una inocente palomita y este ser un país enserio. Hay algo de jodido en la estrategia de Mauricio –si así se le puede llamar al engendro (de la defensa hablo)– y es que esa, la victimización, suele ser la defensa de los tipos jodidos, de los victimarios: decir que no sabían lo que hacían, que solo recibían órdenes, que actuaron bajo el influjo de las pasiones, que hay complot en su contra, que el otro pegó primero, etc. Con lo cual, la conclusión se caería por el propio peso de su obviedad: Macri es un jodido. Te mandaría al frente ante la primer pregunta comprometedora, el no tendría culpa, porque ya sabemos, los tontos son buenos y si son malos, lo son producto de su torpeza, y a otra cosa carrascosa.
La posibilidad, remotíiiiiisima de que Mauricio vaya preso me hizo recordar una anécdota de cuando militaba en un movimiento piquetero que no viene a cuento y cuyos actores tampoco vienen a cuento porque si no me cagan a trompadas. Se trata de que un día de hace algunos años, uno de nuestros compañeros llama urgente a una reunión para tratar un tema de suma relevancia: la detención de otro compañero del movimiento. Un preso político, algunos lo tomamos con cierto aire de triunfo, por fin alguien se daba cuenta de que nuestra existencia atentaba contra el sistema capitalista burgués deshumanizante liberal y menemista. Inmediatamente comenzamos a planear marchas a la justicia; a redactar comunicados de prensa donde denunciábamos con nombre y apellido a los traidores al movimiento nacional y popular; a imaginar conferencias de prensa y presentaciones ante la Comisión Interamericana de DDHH, etc. Todo bárbaro, hasta que a algún escéptico de la validez del contenido de nuestra lucha, se le ocurrió preguntar bajo que cargos lo habían detenido a nuestro flamante mártir, la contestación cierra la nota: había asaltado un supermercado de pueblo, llevándose 2 mil pesos en billetes y trescientos cincuenta en monedas de cincuenta y veinticinco, lo atraparon cuando salía borracho como una cuba de un quilombo al que había acudido a reventar el botín.

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