martes, 4 de mayo de 2010

La dictadura del rating


Por: Fernando Canale.
Actualmente los medios de comunicación han tomado como bandera la defensa de “la libertad de expresión”. Este planteo, aparentemente, no tiene más finalidad que garantizar la autonomía de criterio del ciudadano, su posibilidad emancipadora y critica frente a programas oficialistas- como “6,7,8”-que amenazan encadenar a la opinión pública con sus dos puntos de rating. Ahora bien, si tomamos los conceptos de emancipación y autonomía y lo comparamos con la realidad actual y pasada de los medios de comunicación masiva ¿Con que panorama nos encontramos en nuestra selva mediática?, ¿Quiénes son sus referentes? Hagamos un breve repaso.

Tenemos un “hombre” que aparte de los millones de dólares que posee a través de su “afortunada” herencia de chocolatero, sostiene como mayor intriga si es o no homosexual. Una señora con dudoso talento periodístico (de la cual es un pecado decir su edad) que tiene la audacia de considerarse a sí misma como la representante de la “opinión de la gente”. Una maestra retirada, que tiene la extraña virtud de creer que los dinosaurios están vivos y de afirmar que la Plata es la capital de nuestro país. Un ex periodista deportivo, imparcial fanático de San Lorenzo, que es uno de los conductores más influyentes de la televisión argentina, y que ha logrado meritoriamente esta posición a través de bloppers, deglución de alfajores en cámara, enanos corriendo tras una pelota, etc.

Cientos de estos especímenes abonan la televisión argentina hace décadas, y le quitan una cínica sonrisa a Doña Rosa que comparte la humorada canalla, la estupidez senil, la infamia mendaz. Minuto a minuto, los televidentes se alimentan de esta carroña in-formativa como monos hipnotizados que se olvidan de todo entre los flashes televisivos. Ahora bien, ante semejante panorama mediático, me pregunto: ¿Dónde estaban los adalides de la libertad mientras sus amos llenaban de mierda el cerebro de los argentinos?, ¿O acaso transmitir reiteradamente esta clase de shows televisivos es emancipar al ciudadano? Supongo que no. Entonces, ¿Por qué se utiliza el argumento democrático cuando se amenaza al lucro y no cuando éste se alimenta de la enajenación del ciudadano? Claro, me dirán: “es la gente quien lo elige”, la gente no se equivoca”, Estamos en democracia!” A este refugio simplista y barato, habría que responderle que no es la democracia la que reina en nuestra realidad mediática, sino que ésta, se refugia-como bien lo diferencio Aristóteles- bajo las pobres alas de la demagogia. Confundir lo bueno con lo masivo, entregar a sicarios a los medios de comunicación, en poco y nada tiene que ver con la democracia. Sino, en lugar de enseñar en las escuelas a pensadores como Kant, Aristóteles o Marx, deberíamos reemplazarlos - porque es lo que “la gente quiere”- por cátedras que tengan como referentes a Legrand, Tinelli o Susana Gimenez.

En síntesis, tal vez este planteo parezca utópico, y hasta para algún distraído, casi autoritario. Pero no se preocupe Doña Rosa, no es la pretensión de este escrito que “desaparezcan” los programas de chimentos; pero si que éste ”monopolio de la boludez” ceda espacios a otra lógica que permita espacios de emancipación que vayan más allá de las fauces del mercado, que hoy en día, sólo nos entrega su vómito televisivo del minuto a minuto.

5 comentarios:

  1. coincido en que la realidad enajenante,frente a la falta de ilusión promueve sujetos teñidos de una fatal ilusión ..de concretar sus proyectos frente a una falsa conciencia imaginaria sin mas posibilidades mas que la de reírse frente a una tragedia impuesta y una palabra abnegada a los vicios y vicisitudes de un modelo despojante de toda posibilidad...

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  2. Me gustó tu coemtario Agusti, muy poético, muy profundo. Fernando, lo que decis de enseñar a pensadores como Mirtha o Marcelo en la escuela me hizo pensar en un glosario para el ingresante que explique que cuando decimos Ford, no es Ricardo Fort; cuando expresamos "como diría carlitos", no hablamos de Tévez; los chilenos son "casi latinos" porque Chile es un país de Latinoamérica, y una larga lista de etcéteras...

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  3. Quizá a Doña Rosa no le inquiete pensar. Tampoco creo que mire 6,7, Ocho, Duro de Domar o TVR sin sentir que “debe” cambiar de canal inmediatamente. Por otra parte, “puede ser” que estos ilustres personajes (R. Fort, Mirta L. etc.) con los que la triste ama de casa se embebe a diario, sean el reflejo de su propia cabeza… “puede ser”.
    Lamentablemente, la poda intelectual que se hizo en los ´70 y el miedo que inyectaron por esa época, sumada a la degradación educativa de los ´90, abonaron el terreno para que se gesten “héroes” como los antes nombrados. Así, los medios masivos tuvieron el tiempo necesario para fabricar estos “ídolos mediáticos” que nos dicen lo que a ellos les conviene (a los medios) y que “el pueblo” (con la mirada perdida) repite como zombies: “…ley de medios K…” “….cerebro….” jaja. Así, Doña Rosa (aturdida con tanta inseguridad y abuso oficialista) consume, traga “inocentemente” lo que su periodista preferido le dice.
    Te felicito Fernando por el artículo! Coincido plenamente con vos en lo que plateas. Suerte. Y espero leer algo nuevo pronto. Un abrazo

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  4. éste ”monopolio de la boludez” nos mantiene "ocupados" pensando en las vidas ajenas de qienes salen en la TV, qizás hasta nos hace anhelar vivir como algún famoso, qitándonos tiempo para pensar en cosas productivas... para pensarnos a nosotros mismos.

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  5. De acuerdo. Yo descarte la TV. No tengo cable ni antena. No miro. Algunos diran"que mal, no se entera de nada" No es asi, uso mi tiempo y vocabulario CONVERSANDO en mesa y sobremesa, disfrutando de lo que amo. Es penoso lo que pasa en la TV y la gente aburrida o sin saber que hacer(sin trabajo, sin escuela, sin padres9 CONSUME esta basura

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