viernes, 23 de abril de 2010

Expectativas


Es un error pensar que la oposición actual al gobierno de Cristina no tiene ningún proyecto, basta escuchar a los referentes candidateables y no, presentables y no, para darse cuenta de que sí tienen un proyecto, no para cuando ellos sean gobierno, si no para el país que se viene de aquí a 2011. Un proyecto de país con un dólar altísimo, con medios y periodistas subyugados por los monopolios comunicacionales, asediado por crímenes de diferente índole, con sojeros hipermillonarios y pobres que por primera vez tienen un pequeño ingreso que cada vez les alcanza para menos, y por supuesto, un país donde la inflación se coma todos los incrementos salariales y jubilatorios, las asignaciones universales y cuanto intento de recuperación económica de los sectores más postergados de la sociedad realice el Estado nacional, Estado nacional que debe ser estrangulado fiscalmente, atado de pies y manos. Ese proyecto de país tiene su correlato en las expectativas de muchos de los dirigentes opositores, manifestadas hiperbólicamente por la inefable Lilita, por los medios y sus festejantes.
Más modestas, aunque no menos esperanzadas son las expectativas de Sergio Varisco, que los otros días, andando de recorrida por la seccional segunda, pasó por el almacén donde trabajo, ¿tratando de sumar voluntades? Sergio Varisco fue un mediocre intendente de Paraná, excelente a la luz de las siguientes desadministraciones de Julio Solanas y José Halle (devenido peronista federal desde ayer). Muchos coinciden en que Varisco está cambiado, raro, como encendido. En la recorrida en cuestión llegó al almacén en busca de cigarrillos y algo más, confirmar sus expectativas inflacionarias. “Usted que está en el tema”, increpó al la dueña del negocio, “¿cuanto es la inflación?”, “y un cinco por ciento”, respondió la dueña, “¿cinco por ciento?, usted está equivocada”, exclamó Varisco, ante quién hace más o menos diez años sostiene el almacén que es el sustento de su familia, “bueno, tal vez un ocho por ciento” concedió la señora. “y… un ocho por ciento mensual es mucho”, se entusiasmó Sergio, “no mensual no, cada dos o tres meses” corrigió ella. “No, no, no”, se fue diciendo el ex intendente, como a quién lo lleva el diablo.

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